La gracia: Para esta época

Content image

La gracia: Para esta época


Si Belmonte no existiese aún, debería ser construido.

Un Santuario construido sobre los fundamentos de un amor que ha padecido por la Iglesia.

Un Santuario para el ahora.

Para la Iglesia y por lo tanto para Schoenstatt, en la corriente de renovación impulsada por el Papa Francisco.


Es bueno saber que hay un Santuario al que ahora se puede peregrinar para cumplir con el pedido del Papa Francisco: “recen por mí”. Un Santuario en cuyos cimientos está atesorado el amor a una Iglesia asombrosamente similar a la imagen de Iglesia que el Papa Francisco quiere plasmar.

Es bueno saber que en este Santuario se puede pedir con humildad y sencillez el don de participar de las gracias de Pentecostés que en este tiempo fluyen muy claramente en la Iglesia. Pedir la renovación como persona, como comunidad, como Schoenstatt, con esta Iglesia que se renueva.

Es bueno saber que existe este Santuario donde se puede pedir la gracia de poder contribuir, desde el carisma de Schoenstatt, a la renovación de la Iglesia, una Iglesia que el Padre Kentenich anheló y por la que vivió.

Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación. La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad.

Evangelii Gaudium, 27